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Elegir las mejores condiciones de lucha

No a los gobiernos policiales

Publicado: 2021-04-04

El debate ha tenido una agenda impuesta por el JNE. Pero, aún desde ese ceñidor, se podía hacer propuestas que fueran a la raíz de los problemas. Ninguno las hizo. Veamos solo dos temas: medidas frente a la pandemia y seguridad ciudadana

Medidas contra la pandemia

Ningún candidato propuso que la pandemia era producto de un proceso de destrucción que está llevando a que en los últimos 30 años aumenten las enfermedades zoonoticas. Por lo tanto ningún candidato propuso medidas para parar lo que hemos llamado la “era de las pandemias”. Esto es grave, porque según la IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas) se estima que otros 1,7 millones de virus actualmente "no descubiertos" existen en mamíferos y aves, de los cuales hasta 850.000 podrían tener la capacidad de infectar a las personas. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha dicho que la única manera de evitar esto es dejando que la vida silvestre siga siendo silvestre. Pero, en nuestro país, la explotación petrolera y maderera está destruyendo el principal pulmón del mundo. La primera medida contra la pandemia debe ser retirar las petroleras, dar a las comunidades nativas control del territorio, hacerle caso a Naciones Unidas. Pero nadie hablo de esto.

Como bien explica el epidemiólogo Jordi Serra-Cobo no son los murciélagos los culpables de la pandemia sino quienes han cambiado la relación hombre-naturaleza. Y nos da un dato alarmante: “En 40 años, se ha perdido el 30% de la masa forestal tropical del sudeste asiático, y en el Amazonas, desde agosto del 2018 hasta julio del 2019, se destruyeron unos 9.762 km2de bosque tropical”. Tras los episodios de las talas y los procesos de deforestación, en general permanecen en los suelos láminas de agua estancada que no es drenada por la vegetación y que se convierten en focos de mosquitos y de posibles enfermedades vectoriales (como el dengue, la malaria o el zika).

Todos enfocaron el problema de la pandemia como una cosa puramente coyuntural. Nos vacunamos y listo. Sin embargo ni siquiera en este terreno fueron radicales. Antes de 1993 estaba prohibido patentar remedios esenciales en el Perú. Con eso se pagaba regalías a las industrias farmacéuticas pero no los precios abusivos que permite una patente. La OMS señala que hay productos que podrían salvar millones de vidas sin embargo su uso es muy limitado debido a sus altos precios y a las barreras en la investigación condicionadas a monopolios que otorgan las patentes. Nadie habló de esto.

Por supuesto tampoco nadie mencionó que para lograr estos objetivos debíamos renunciar a los Tratados de Libre Comercio que protegen a las empresas en contra de la población y recuperar nuestra soberanía. Ningún candidato sale de los marcos del neoliberalismo

Seguridad Ciudadana

No entendemos porque debe ser tema prioritario. Se nos quiere hacer creer que somos un país donde campea la delincuencia. Puede ser cierto, pero si uno se da un recorrido por el país hay temas más graves: la falta de agua, la anemia, los feminicidios por poner algunos ejemplos. El objetivo de dar peso a este problema es doble: crear un clima de temor a la población que justifique un Estado policial; convertir las cárceles en centros de esclavitud como proponen Pedro Castillo y Keiko Fujimori.

Han hablado de darle “autoridad” al policía (Beingolea), como si en democracia pudiera haber autoridades no electas. Keiko sigue insistiendo en su “mano dura”. Varios mostraron xenofobia (echándole la culpa de todo a los venezolanos), aporofobia (a los pobres) o racismo como cuando Hernando de Soto dice que debajo de los ponchos había terroristas. Urresti propuso que el toque de queda sea permanente. Castillo quiere renunciar a los derechos humanos. Salaverry quiere declarar el estado de emergencia y que las fuerzas armadas tomen el control de calles y carreteras.

¿En serio que todo eso es contra los delincuentes? De Soto ha dicho que con esas medidas podrán entrar Conga y Tía María. Salaverry dice que con sus medidas se busca “garantizar el desarrollo de las actividades económicas”. Rafael Santos se pronuncia contra las ONG que defienden derechos humanos. Está claro que la militarización del Perú está dirigida contra el movimiento social. Y entonces todos, desde la derecha hasta la centro izquierda, se olvidan que la policía no protege la seguridad ciudadana sino que agrava el problema. Inti y Bryan son solo las victimas más visibles del tema. Nadie propone que la policía no intervenga más en las movilizaciones populares, única forma de evitar este tipo de muertes. Precisamente ahora que se cumplen 150 años de la Comuna de París hay que recordar que un 2 de abril, hace 150 años, se disolvieron el ejército y la policía profesionales para armar al pueblo.

Pero incluso la represión a los supuestos delincuentes hay que cuestionarla. Los municipales les roban la mercadería a los vendedores ambulantes. La policía hace redadas contra prostitutas y en muchos casos las violan. La represión contra la comercialización de psicoactivos va dirigida al paquetero mientras el avión presidencial sirve al narcotraficante. Hace un par de días un grupo de policías atacó a un par de mujeres porque las confundió con vendedoras minoristas de droga. Detienen a personas por el color de su piel, lo viejo de su ropa o la apariencia. En verdad la delincuencia no es mayor a la de cualquier país y los “delincuentes extranjeros” son un mínimo en nuestros penales. Según información del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) actualmente hay una población de 93.500 internos en todo el país, de los cuales el 2,1% equivale a internos extranjeros (alrededor de 1.963). No es un tema que deba ser prioritario en un debate electoral. Pero se trata de vendernos una lógica represiva, imponer una derrota en el pensamiento democrático.

No podemos aceptar que se imponga un gobierno policiaco. Hay que elegir las mejores condiciones de lucha. Y esas nos la da Verónica Mendoza. Es cierto que tendremos que seguir peleando por la defensa de la Amazonía, contra la patente de los remedios, por la salida de los TLC, contra el capitalismo y por una democracia radical. Pero algo habremos avanzado eligiendo a una presidenta que, en una reciente entrevista, critica al progresismo desde la izquierda y se identifica con el zapatismo. En esa misma entrevista señala que lo más rescatable del progresismo es la apuesta por el poder popular. Dice:

También es valorable el arraigo histórico transformador que exhibieron, lo cual estuvo vinculado al hecho de poner en cuestión elementos estructurales como la identidad o la nación. Apuntar a remover el sustrato conservador-colonial-dependiente de nuestras sociedades resulta fundamental. En ese sentido, el caso boliviano, con el acceso de los sectores indígenas al gobierno y la puesta en práctica de una serie de mecanismos democráticos por fuera de los tradicionales, constituye un ejemplo a seguir. También lo fue el intento venezolano de generar otro tipo de participación, de construir el poder desde otras bases, tal como se observó durante el gobierno de Hugo Chávez.

Entendemos que las limitaciones de Mendoza llevan a varios a tomar la posición de “voto viciado”. Ellos esperan un gobierno que resuelva los problemas del país. Nosotros sabemos que ningún gobierno lo hará. La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos, de su organización y su accionar. Justamente porque no confiamos en la vía electoral llamamos a elegir las mejores condiciones de lucha. Y eso es Mendoza.


Escrito por

Anticapitalistas

Espacio de lucha y reflexión


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