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¡Que se vaya Lasso!

Escribe: Carmen Benitez

Publicado: 2022-06-27

En Ecuador las elites costeñas han impuesto un liberalismo autoritario. En las elecciones del año pasado el fraude contra el candidato indígena fue evidente. Más de la mitad del territorio nacional votó por Yaku Perez. Era evidente que pasaba a segunda vuelta. En eso, sorpresivamente, el Consejo Nacional Electoral (CNE) detuvo el conteo durante cinco días, y al quinto día, con más del 93% de los votos escrutados, Guillermo Lasso pasó del tercer lugar al segundo. En la segunda vuelta la zona andina y la Amazonía, la mayor parte del territorio, anuló su voto. 

Es, que duda cabe, una expresión de lo que Wendy Brown llama "La herida del supremacismo": "si los hombres blancos no pueden ser dueños de la democracia, no habrá democracia; si no pueden dominar el planeta, no habrá planeta". Pero en América Latina es además la continuidad de una política colonial que ha mantenido al campo en el más cruel atraso. El divorcio entre el movimiento indígena y el progresismo de Correa se produjo justamente porque este privilegió la extracción petrolera a la defensa de la naturaleza, a pesar de lo avanzado en esto de la Constitución Ecuatoriana.

LAS BANDERAS DEL PARO

Varias de las banderas del paro indígena tienen que ver con la necesidad de desarrollar el agro: declaratoria inmediata en emergencia de los créditos de los agricultores; transferencia de recursos a los GADS (Gobiernos Autónomos Descentralizados); viabilizar la modalidad del transporte comunitario en territorios rurales; garantizar el precio de la leche y su industrialización; asegurar el acceso educación en los sectores rurales; políticas para fortalecer la economía comunitaria y solidaria. Muchas de estas banderas son las mismas que se levantaron en octubre de 2019 y que, más allá de los acuerdos con Lenin Moreno, no se cumplieron en absoluto. Banderas que, sin embargo, son centrales para salir de una crisis en la que la costa elige presidentes que el Ande va a destituir. Solo podremos salir de este Estado racializado si hay una efectiva política agraria que no solo proteja la economía comunitaria sino que suponga una liquidación del monopolio de las mejores tierras por unas pocas familias.  

Pero el movimiento indígena sabe que su lucha tiene que ir más allá. Es necesario cuestionar el modelo extractivista que tanto la izquierda progresista (Correa) como la derecha (Lasso) defienden. Y por eso exigen el "Cese inmediato de la explotación minera y petrolera en territorios de pueblos y nacionalidades y zonas de recarga hídrica, qué son las fuentes de agua, por atentar a los derechos de la naturaleza y derechos colectivos". Esto en un contexto en el que el gobierno anuncia públicamente la urgente explotación de “hasta la última gota de petróleo” en la Amazonía ecuatoriana e impulsa la exploración y explotación minera a gran escala en un país de los más biodiversos del mundo.

Es paradójico que las zonas donde se han extraído históricamente los recursos naturales y se prevé ampliar la extracción, como forma de incrementar los ingresos económicos del país, sean precisamente las provincias que lideran las estadísticas de pobreza, de desnutrición infantil y la falta de satisfacción de las necesidades más básicas. Por eso el movimiento propone eliminar la brecha de desigualdad y exclusión histórica a partir del cobro de las deudas tributarias a los grandes grupos de poder económico, impuesto a las grandes riquezas. 

Todo esto ligado a una serie de acuerdos lesivos con el FMI y los organismos de credito internacional que los indigenas reclaman se abstengan de implementar, así como "dejar de lado las privatizaciones o monetización de las áreas estratégicas"

UN NUEVO LIDERAZGO

Leonidas Iza Salazar fue elegido presidente de la CONAIE hace un año, el 27 de junio del 2021. Inmediatamente se dedicó a recorrer el país y visitar cada una de sus filiales y poner el dedo en el pulso del movimiento indígena y de la sociedad, y comprendió que el país estaba en ebullición. Había un divorcio entre el movimiento de abajo y la representación política a cargo del Movimiento Pachakutik (que es el partido político de la CONAIE). Mientras sus congresistas, que son el 18% de la Asamblea Nacional, se dedicaban a negociar con el gobierno e incluso salvan a Lasso en el escandalo de los Pandora Papers  las comunidades indígenas estaban más que indignadas por el curso neoliberal del gobierno.

Pero Iza tenía claro que no había fuerza para repetir las movilizaciones historicas de la CONAIE. En lugar de eso propuso movilizaciones territoriales, cada cual en su espacio sin intentar un avance hacia Quito. La idea era ir incorporando, poco a poco, nuevos actores sociales en un combate a largo plazo. Lo paradojico fue que el propio gobierno precipitó la radicalización del movimiento y su marcha hacia la capital. Empujado por el miedo a sus propios demonios, el gobierno de Guillermo Lasso comete su error más estratégico y fatal, decide en la madrugada del 14 de junio de 2022, a apenas un día de empezada la movilización de la CONAIE: detener a Leonidas Iza en la provincia de Cotopaxi.

El 17 de junio se emite el Decreto Ejecutivo Nro. 455, declarando el estado de excepción en las provincias de Cotopaxi, Pichincha e Imbabura. Se suspende, entre otros, el ejercicio del derecho a la inviolabilidad de domicilio y el libre tránsito, la libertad de asociación y de reunión. Se pretendía restringir el acceso a derechos digitales, limitando el uso de dispositivos electrónicos que permitirían registrar los hechos de violencia policial o militar y la posible represión estatal y, en definitiva, prácticamente imposibilitando el ejercicio del derecho a la protesta social. Así mismo, se pretendía restringir el derecho a la información, autorizando afectar la calidad de servicios de telecomunicación fija, móvil e internet. Pero, lo más grave, por lo que se le llamó el "Decreto de la muerte" es que se autoriza a la fuerza pública el libre uso de la fuerza letal para reprimir a los manifestantes.

Para el 19 de junio de 2022, se reportaban graves afectaciones a la integridad y libertad personal de personas que ejercían legítimamente el derecho a la resistencia, a través de la protesta social. Además, se ha registrado el inicio de investigaciones previas contra los dirigentes del movimiento indígena, criminalizando la protesta, con el único objetivo de perseguir, amedrentar y acallar las voces de quienes se manifiestan.

DE MOVIMIENTO INDÍGENA A MOVILIZACIÓN NACIONAL

Esa política de enfrentamiento caldeo los animos. No sólo el movimiento indígena sino toda la sociedad ecuatoriana está acostumbrada a responder a la represión con más movilización. Los indígenas decidieron salir de su territorio y dirigirse a la capital. Conforme avanzan las jornadas de movilización, se han sumado otras organizaciones y sectores sociales.

Si bien la convocatoria al paro se centra principalmente en el movimiento indígena, desde el inicio estudiantes y organizaciones de mujeres y disidencias forman parte de las movilizaciones. Estas últimas, de hecho, han logrado incluir sus voces y una permanente presencia en las ruedas de prensa que cada noche brindan los y las dirigentes.

El 15 de junio  en la ciudad de Cuenca, la tercera más importante del país, se reportaron varios enfrentamientos entre estudiantes universitarios y policías, quienes violando la autonomía universitaria lanzaron gases lacrimógenos al interior de la institución. Esto incitó a que incluso la rectora de la Universidad, María Augusta Hermida, y todo el Concejo Universitario, saliera en marcha pacifica con sus propios reclamos: garantía financiera para todo el sector público con prioridad a salud y educación, seguridad ciudadana y sobretodo respeto a la autonomía universitaria 

Pero en las calles hay un pedido que, poco a poco, va cobrando fuerza: la salida del gobierno. El gobierno de Lasso en cosa de días se ha trocado en una representación tiránica que impide la libre expresión, asociación, reunión y protesta. El pronóstico de la situación política ecuatoriana es reservado, con la incertidumbre de las fuerzas en la Asamblea Nacional, el movimiento activo grita que irá “hasta las últimas consecuencias”. Ya no se trata solo de un pliego de reclamos. Ahora el grito de ¡Fuera Lasso! rebasa las fuerzas indígenas para ser compartido por toda la sociedada. 


Escrito por

Anticapitalistas

Espacio de lucha y reflexión


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