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Constitución y democracia

Escribe: Daniel Mathews. Documento de debate hacia la Constituyente

Publicado: 2022-10-11

Creo que en algo podemos estar de acuerdo todos. Sea cual sea el modelo económico que rija el país (para nosotros no debe ser el capitalista) la política debe ser democrática. Es curioso, las instituciones que dicen "regir la democracia" (parlamento, presidencia) están en el peor de los desprestigios. Pero la democracia como valor se mantiene vigente.  Algo raro está pasando. Aquí trataré de descubrir qué es y como se puede avanzar por un camino distinto. 

¿DEMOCRACIA O ARISTOCRACIA?

Lo primero que necesitamos decir es que esas instituciones no nos dan democracia sino algo muy distinto, algo que Aristoteles llamaría "aristocracia", el gobierno de un grupo. La única diferencia es que para el griego era el gobierno de los mejores y en nuestro caso es el de los peores. La aristocracia peruana es el gobierno de los corruptos, de los que viven del Estado. Varios de ellos no han trabajado nunca en otra cosa que la dirección de su partido. Si hablamos de democracia representativa no debería poder presentarse a elecciones alguien que no represente a ningún sector social. Las candidaturas deberían estar respaldadas por la actividad a la que el o ella está adscrito.

POR UN CONGRESO QUE VERDADERAMENTE REPRESENTE

Para que el Congreso realmente sea representativo debería poderse encontrar ahí a los diversos sectores sociales del país. Nunca hubo un campesino congresista entre nosotros. Muy pocas veces obreros. Las mujeres, los negros, los pueblos originarios están subrepresentados. Esto debe cambiar radicalmente. No basta que haya mujeres en las listas parlamentarias. Es necesario que sean elegidas, que la mitad de todo organo de representación popular sea para cada genero. Que el Congreso tenga cuotas etnicas y laborales. Si es necesario ampliar el número de congresistas habrá que hacerlo. John McCormick propone una república maquiavélica para el presente. Contra lo que muchos piensan, este teórico político estadounidense, rescata el lado popular de Maquiavelo, segun el que "los recursos de los ciudadanos ricos y la amplia discrecionalidad que poseen los titulares de cargos públicos representan las principales amenazas a la libertad en una república". Por eso imagina un tribunado colectivo electo cada año al que la gente más rica y los políticos profesionales no puedan acceder

POR UN CONGRESO Y UNA PRESIDENCIA SIN PRIVILEGIOS

He dicho que se amplie el número de congresistas y seguro más de uno ha pensado lo caro que eso sería. Tenemos un Congreso caro, presidentes con sueldo vitalicio. Eso crea una distancia lamentable entre la clase política y el pueblo. El sueldo de un congresista no debería ser mayor a tres sueldos minimos. Fijarlo en terminos de proporción en vez de en montos permite además un acto de justicia: cada vez que los congresistas piensen que no les alcanza lo que ganan tendrán que subir el sueldo minimo también. Por otro lado un Congreso electo sobre la base de cuotas etnicas y laborales tendrá muchos miembros que están acostumbrados a sueldos bajos. Es necesario desactivar la clase política.

LO INDIVIDUAL SOBRE LO COLECTIVO

Estamos en un empate lamentable. El Ejecutivo puede cerrar el Congreso, pero el Congreso puede vacar al presidente. Para no seguir en esta especie de ruleta rusa debería primar el organo colectivo. La primera experiencia de un gobierno de los trabajadores, la Comuna de París, asignó a los miembros del consejo comunal puestos de tipo ministerial, en vez de crear un presidente y un gabinete separados de la legislatura. Facilmente puede aplicarse el mismo principio. El organo colectivo (Congreso) sería el que designe a las autoridades del Ejecutivo dentro de sus propios miembros. De modo que las elecciones sean solo congresales.  

POR EL MANDATO IMPERATIVO

Recuerdo la vez que le preguntaron a García por alguna de sus promesas electorales y él, muy didactico como siempre, le preguntó a la periodista "¿Usted le cree a un político en campaña?". Recuerdo también a Ollanta que presentó un plan de gobierno para la primera vuelta y una hoja de ruta totalmente opuesta, coordinada con Mario Vargas Llosa, para la segunda. Esas son muestras claras de que lo que tenemos es una farsa más que una democracia. Si yo contrato a un carpintero para hacer una mesa y me hace una silla, pues no le pago y lo despido. El plan de gobierno debería tener el valor de un contrato. Si las situaciones cambian debería haber una consulta popular para modificar el Plan. Consulta que debería poder ser llamada también con la firma del 1% de la ciudadania. 

TODO FUNCIONARIO DEBE PODER SER REVOCADO

Funcionario que cumpla lo que él mismo prometió o lo que el pueblo exige debería ser revocado. Todo cargo debería poder ser sujeto a control ciudadano. Incluido Presidente y Congresistas. De esa forma, los ciudadanos tendrían el poder de sancionar inmediatamente a los representantes, sin tener que esperar años hasta las próximas elecciones. En La guerra civil en Francia, Marx que, si bien los patrones se prestan a elegir para «colocar a cada hombre en el puesto que le corresponde y, si alguna vez se equivocan, reparan su error con presteza», se horrorizan frente a la idea de que el sufragio universal debería garantizar un poder similar para los votantes.  

ESTAR TODOS PREPARADOS PARA GOBERNAR

El objetivo final de estas propuestas es transformar el Estado con el fin de posicionar a los trabajadores comunes en el corazón de la administración pública. Esto convertiría un Estado concebido como un cuerpo separado y extraño, que somete a las personas, en un órgano realmente sometido al control de los ciudadanos. Esto supone que todos tengamos tiempo libre para una instrucción permanente, sin la que es imposible asumir ningun cargo. Jornadas laborales de 6 horas permitirían un tiempo para actividades culturales y de paso crearia la posibilidad de más turnos de trabajo y eliminar el desempleo. 

CARGOS POR SORTEO

En la democracia ateniense los ciudadanos rotaban entre gobernantes y gobernados, por medio de sorteos en los que se elegía quiénes ocuparían las posiciones administrativas. Curiosamente este es un tema que se ha puesto en actualidad a partir de los trabajos de John McCormick, que llega a proponer dar mayor espacio a procesos de elección que incorporen el sorteo y el azar mecanismos que permitirían que cualquiera llegue al gobierno. 

CONTRA EL CAPITAL

Estas propuestas suponen una transformación radical no solo del Estado sino de la sociedad en su conjunto. Supone que sean los de abajo los que gobiernen. No hay duda que con ellas las condiciones laborales cambiarian también. Por un lado es necesario que se acorte la jornada laboral, como ya hemos visto. Por otro, un gobierno de los trabajadores sabrá poner en vereda a los patrones. Un gobierno del 99% sabrá hacer que el 1% cumpla con sus deberes. Hasta lograr el objetivo final, que ese 1% no exista, que todos seamos iguales. Una república inclusiva, ñoqanchis. 



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Anticapitalistas

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