El presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, en mensaje al país le ha declarado la guerra al Perú.

Es una guerra que no comienza hoy. Desde que asumió el gobierno Dina Boluarte la policía ha venido agrediendo al pueblo con un saldo que, al día de hoy, supera largamente los 40 pobladores asesinados.

En Puno la agresión policial ha tenido por objeto acrecentar la cólera de la población. Un ejemplo claro de esto se produjo en Juliaca cuando un grupo de efectivos causaron destrozo a una moto torito que se encontraba estacionada sin la presencia de su propietario. Primero la tumban y luego jalonean la puerta hasta dejarla completamente dañada. 

Cuando el señor Otárola dice que los responsables de la violencia son los que "quieren dar un golpe" se olvida que el golpe lo dio el Congreso, que se prepararon para darlo desde el mismo minuto en que salió el flash electoral, que hoy están gobernando los que perdieron las elecciones. 

Se olvida el señor Otárola que el pueblo de Puno ha reaccionado frente a acciones policiales totalme

nte injustificadas como la de disparar contra Yunni Milan Anahui Jacho cuando regresaba tranquilo a su casa luego de hacer las compras del mercado. 

El señor Otárola dice que "se quiere quebrar la democracia". Se olvida de que el Congreso está modificando a su antojo la Constitución, que está queriendo destituir a los responsables de los procesos electorales como en tiempos de Fujimori, que las reglas de juego han sido trastocadas. 

Lo que tiene de verdad lo dicho por el señor Otárola es que se vienen "medidas importantes respecto a la seguridad pública". Esto es, que se viene más represión, más muerte. Se vienen más detenciones ilegales como la de nuestra camarada Rossana a la que tuvieron encerrada todo un día por pintar la fachada de su propia casa. 

Lo que tiene de verdad lo dicho por el señor Otárola es que para él este es un "escenario de guerra". El gobierno le ha declarado la guerra al Perú entero. Y en esta guerra declarada el gobierno sabe que su bastión es Lima. El primer ministro ha puesto a Lima contra el país. Lima es el centro del poder. Pero hay otra Lima, plebeya y provinciana, que se va a solidarizar con los pueblos en marcha. 

Lo quhe tiene de verdad lo dicho por el señor Otárola es que para los que ostentan el poder miles de peruanos son delincuentes. Según el propio discurso del Primer Ministro en Puno hay 16,000 delincuentes. 

El señor Otárola y la Ministra de Salud, Dra. Rosa Gutiérrez Palomino, han dicho que están preocupados por la salud de los puneños. Que quieren llevar medicinas. Que hay 25 pacientes que deben ser trasladados a Lima para recibir tratamiento. Buena forma de preocuparse por la salud es mandar a que disparen. Y la existencia de estos 25 pacientes nos demuestra algo grave: no hay implementos, medicinas, personal médico en provincias. Cualquier mal que vaya más allá de un resfrío necesita traslado a Lima. Y así no quieren que las provincias se sientan abandonadas.

El centralismo limeño tiene ahogadas las regiones. Es necesario que esto cambie ya mismo. Tenemos muchos muertos ya, desde hace 200 años, para salir de esta sin haber ganado. Pero para eso son necesarias dos cosas: que en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo la gente se organice para resistir y que todas las regiones se unan en una asamblea popular nacional que se convierta en la articuladora de este nuevo poder popular que está naciendo hoy. La Constituyente que nos negaron la haremos desde abajo y sin su permiso.