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Momento destituyente

Publicado: 2023-01-26

Lo nuevo en el Perú de hoy, en parte producido por el triunfo de Castillo, es que es la primera vez en la historia peruana que un movimiento surgido de las bases populares plantea una agenda claramente política y supera las demandas inmediatas, aisladas y limitadas a los problemas locales.

En parte se debe a las expectativas que creó el gobierno de Castillo. Aunque él defraudó las expectativas de ser un gobierno de cambio, el pueblo se identificó con el profesor de escuela, el dirigente sindical, el rondero. Además Castillo dio una entrada en el Ejecutivo a la clase política provinciana, que la prensa opositora trató de desprestigiar con apelativos como "los chotanos", "los chiclayanos" como si ser de esas regiones fuera un demerito. Evidentemente eso produjo un malestar en el conjunto del país, que se ha renovado con la mal dada frase de Boluarte "Puno no es el Perú". Un triste recuerdo de Alan García diciendo que los indígenas amazónicos son ciudadanos de segunda. 

De ahí que surja un movimiento plebeyo que no tiene que ver con sindicatos o partidos como de costumbre. Son las comunidades quechuas y aimaras, especialmente las aimaras. A diferencia de otros años en que fueron los movimientos sindicales o políticos los que encabezaban la lucha (en algún caso con notoria presencia de derecha, como Toledo) hoy son mujeres comerciantes de los mercados populares, transportistas del sur, comerciantes en general, pequeños industriales de Juliaca, estudiantes de las universidades y colegios y pueblo en general. No sólo del sur. También las rondas campesinas de Cajamarca, las comunidades amazónicas y un sin número de actores diversos. Es más, como sostiene María Sosa Mendoza:

A diferencia de las protestas de noviembre de 2020, en las que era posible encontrar aliados naturales en el Congreso -como los congresistas pertenecientes al Partido Morado, de Francisco Sagasti, quien finalmente asumió la Presidencia de la República (2020-2021)-, en esta ocasión los manifestantes mantienen un repudio generalizado a todos los miembros del Parlamento. Incluso los congresistas de Perú Libre, por el que postuló Castillo, que podrían ser los más afines a las protestas por haber mostrado su solidaridad hacia ellas, son igualmente rechazados por los manifestantes.

Estamos, como lo ha señalado La Jornada de México, en un momento destituyente. Y lo más probable es que, a medida que pasen los días y las semanas, y si este movimiento subsiste y se incrementa, la demanda por una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución continuará creciendo hasta hacerse hegemónica. Hasta pasar a un momento constituyente. 

La aceleración de este proceso destituyente está a cargo de la propia Dina Boluarte. Con cada muerte (ya van 60) son miles de personas más las que se unen a las protestas. Si al principio podíamos aceptar perder ya no estamos en esas condiciones. Hay que ganar si o si no solo en honor a nuestras víctimas, sino porque un triunfo del gobierno traería más represión y muerte. Es notorio, como lo ha señalado Claudia Cisneros en diciembre, cuando apenas había una veintena de muertos, que se trata de un golpe cívico-militar. Es más, cuando el Ministro del Interior dice que se enteró de la intervención a la universidad por televisión nos queda claro que no es él quien dirige a la policía sino al revés. 

La fuerza que tome el momento destituyente y su conversión en uno constituyente abrirá la posibilidad de una democracia verdadera, que valide por igual a todas las culturas y nacionalidades existentes en el país, un estado social, y una economía dirigida desde los propios creadores de la riqueza y cerrada a todo tipo de corrupción.




Escrito por

Anticapitalistas

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