La CONULP ha acordado una movilización nacional, que tendrá características distintas en cada espacio, desde el 19 de julio. Su plataforma es claramente política

a. Renuncia de Dina Boluarte asesina.

b. Cierre del Congreso mafioso.

c. Asamblea Constituyente para nueva Constitución.

d. Libertad de todos los presos políticos desde 7 de diciembre hasta la actualidad.

e. Sanción para los responsables directos y mediatos de los 70 asesinatos de lesa humanidad, más de 1800 heridos y reparación para las familias de las víctimas.

f. Fuera las tropas norteamericanas del Perú y defensa de la soberanía nacional.

g. Rechazo a la privatización: Educación, salud, de los recursos naturales, agua, litio y minerales y exigimos el desarrollo del agro y alimentación nacional, luchamos por trabajo digno con derechos laborales, incremento de pensiones y salarios de acuerdo al costo de vida para todos y asimismo no a las concesiones y los contrato ley.

Esta plataforma olvida un punto clave que se aprobó en la Comisión 1 y que es el complemento necesario de la renuncia de Dina: un gobierno de las organizaciones en lucha. Cuando pasa a los acuerdos de la Comisión 3 nos habla de un debate sobre nuevas elecciones o restitución de Castillo. Pero, nuevamente, se olvida que hubo una moción escrita proponiendo lo mismo. Y eso es grave porque nos deja sin una bandera de la clase y los pueblos. Veamos: 

NUEVAS ELECCIONES

Puede ser una bandera correcta, si renuncia Dina el procedimiento lo conocemos: asume el presidente del Congreso y llama a nuevas elecciones. Entonces seguramente ganará el Almirante Montoya o Maricarmen Alva o cualquier otro ¿eso es realmente lo que queremos? ¿queremos que los muertos sean nuestros y el ganador sea otro? ¿no nos interesa quien gobierne? Basta leer las preguntas para tener una respuesta negativa. La renuncia de Dina tiene que complementarse con una propuesta positiva. Y esa solo puede salir de nuestras propias organizaciones, de nadie más.

LIBERTAD Y REPOSICIÓN DE CASTILLO

Pedro Castillo fue importante en el momento de su elección. Por primera vez se desplazaba a la clase política limeña y se elegía a alguien que vive en provincias. Desde antes de la juramentación fue un gobierno en disputa y vimos enfrentados a las clases políticas limeña y provinciana. Es cuestionable la forma como fue depuesto con un golpe de estado congresal en que no tuvo derecho a la defensa. Un abogado diría que su vacancia y prisión es un acto jurídico nulo. Así las cosas, Dina no debería renunciar, debería ir directamente presa por usurpadora. Máxime después de sus asesinatos.

Pero ¿realmente han muerto 70 personas solo para que una clase política remplace a otra? ¿ya nos olvidamos que no cumplió sus promesas electorales, cosa común en todos los candidatos que llegan a presidente? ¿nadie recuerda que el sur estaba preparando un paro contra él por su política de conciliación con la minería? Incluso si volviera a Palacio debería ser bajo control de nuestras organizaciones.

Estamos por la libertad de Castillo. Eso es claro. Lamentamos que no se haya dejado hablar a su abogado y a otros compañeros en el evento. Pero nuestros muertos merecen algo más que la pelea por un nombre u otro. Quizá (y solo quizá) el día en que fue depuesto podíamos pedir su reposición. Pero hoy no podemos quedarnos en la lucha por un nombre. Hoy la lucha es por tener nuestro propio gobierno.

De manera tal que ninguna de las dos opciones responde a los intereses reales de los trabajadores y del pueblo. Hay que forjar la nuestra. Y esa estuvo presente en el Encuentro Nacional de los Pueblos, aunque hoy no la quieran mencionar.