En el momento en que discutíamos este punto de agenda nos llegaron noticias de la agresión al IDL, poco después de la ocurrida en una muestra de arte ligada a derechos humanos, nuestra solidaridad total en ambos casos y ponemos nuestras capacidades a disposición. No es posible defender la democracia mientras permitimos grupos semejantes a los fascios de antaño.

Hoy las consignas democráticas están a la orden del día. La agrupación de colectivos al interior de la CNUL se llama “Recuperemos la democracia”, existe una “Plataforma por la democracia”, la gente entona “Esta democracia ya no es democracia”, nuestras consignas “Renuncia de Dina. Asamblea Constituyente” son democráticas. Pero muchos ven la defensa o recuperación de la democracia como algo ligado solamente a las instituciones estatales. 

El problema no es que defiendan las instituciones. En verdad nosotros también las defendemos. A la clase política hay que ponerle barreras para que no trate el país como su chacra. El problema es que se quedan en los institucional. Conciben el Estado como un arbitro neutro en la lucha entre explotados y explotadores. Eso no es verdad. Para que haya democracia es necesario cambiar el Estado y ponerlo en manos de los trabajadores. Para que haya democracia debe dejar de ser una actividad quinquenal. Creemos que debe ser un régimen permanente, diario. En ese sentido van las siguientes propuestas:

1. No hay democracia con racismo, sexismo, centralismo. Son temas culturales, cuando choleamos o despreciamos a alguien por homosexual estamos atentando contra la democracia. Pero también es un tema político. No basta que haya paridad en las listas electorales, es necesario que haya paridad también en los propios órganos de representación. Es necesario que haya representación de nuestras diversas culturas. Que el Diario Oficial se publique en varios idiomas originarios. Que los funcionarios públicos de provincias sepan los idiomas de su región.

2. No hay democracia con 8 horas o más de trabajo. Si queremos un gobierno del pueblo, que eso es lo que significa democracia, tenemos que darles tiempo a todos y cada uno de los ciudadanos para que se reúna, discuta, intervenga. Si sale agotado de su casa con la única finalidad de ver a sus hijos y dormir le estará dejando a un grupo reducido la conducción del país. Eso no es democracia.

3. No hay democracia sin libertad de prensa. Lo que tenemos hoy es libertad de empresa. Son los dueños de los periódicos y no los periodistas, menos aún cualquier ciudadano, los que pueden expresarse. Es necesaria una imprenta del Estado a disposición de todo el que tenga algo que decir.

4. No hay democracia bajo tutela policial. La policía no debe intervenir en las reuniones ciudadanas. Se debe desactivar inmediatamente todos los aparatos represivos de control de las marchas y manifestaciones. Ni una bomba lacrimógena más, ni un solo perdigón más contra el pueblo.

5. No hay democracia si una mafia controla el poder. Resulta incluso una mafia hereditaria como vemos con las Alva, las Chirinos. Es necesario ir disolviendo la clase política para una progresiva participación de todos los ciudadanos en la política nacional. Debería haber una rotación entre gobernados y gobernantes. Dejamos para un debate posterior la propuesta de John P. McCormick sobre autoridades electas por sorteo.

Sabemos que no son propuestas posibles mientras haya un pacto entre el poder económico y el poder político. Un régimen democrático no defendería la explotación, la marginación, la depredación. Por eso tampoco es posible luchar por estas banderas en alianza con los organismos de la patronal. Pero negarse a luchar por ellas es aceptar el actual estado de cosas en las que siempre ha sido una minoría la que ha decidido los rumbos del país. Proponemos a todos los demócratas abrir un diálogo en torno al verdadero significado de democracia.