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La mujer siempre estuvo

Escribe: Mary Juana (Chosica Rebelde)

Publicado: 2024-03-05

Siempre nos cuentan la historia como hecha por varones. La modernidad, por ejemplo, producto de la revolución industrial inglesa y de la revolución política francesa habría sido obra de Cromwell a un lado y Robespierre al otro. Según eso la proclama francesa es la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. No se nos habla de Olympe de Gouges que en 1791 redactó una Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos y por la que fue asesinada.

Algo parecido ocurre a este lado del océano. Nos repiten de memoria la Declaración de Independencia, sabemos del Grito de Dolores en México y hasta algo sabemos de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Lo que se nos mantiene en secreto es la Declaración de Sentimientos aprobada en Seneca Falls (Nueva York), el 20 de julio de 1848. Un documento en el que denunciaban las restricciones, sobre todo políticas, a las que estaban sometidas las mujeres: no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas, ni asistir a reuniones políticas. La reunión fue convocada en la prensa “para discutir la condición y los derechos sociales, civiles y religiosos de las mujeres”

Cuando nos hablan de la lucha de los negros en Estados Unidos nos cuentan la historia de Nat Turner, pero no la de María Stewart, la primera mujer afroestadounidense que habló ante una audiencia mixta, sin importar raza o género, a menudo expresando su postura a favor de los derechos de las mujeres y su rechazo a la esclavitud: “Oh, vosotras, hijas de África ¡Despertad! ¡Despertad” ¡Levantaos! No sigáis dormitando sino distinguíos. Mostrad al mundo que estáis dotadas de notables y exaltadas facultades”. Y, ya que estamos hablando de la esclavitud en Estados Unidos, no podemos dejar de mencionar La cabaña del tío Tom, escrito por Harriet Beecher Stowe en 1852. Una novela donde el tío Tom muere, pero los personajes femeninos salen victoriosos.

No podemos ser peruanas y no mencionar a Flora Tristán, la primera (antes de Marx) en convocar una Internacional Obrera de hombres y mujeres en su libro La unión obrera. En ella se habla de la necesidad de “dar a las mujeres del pueblo una educación moral, intelectual y técnica” y de reconocer “la igualdad de derechos entre hombres y mujeres como único medio de establecer la unidad humana”.

La Comuna de París fue otro capítulo de la historia de la mujer trabajadora. Fueron obreras, costureras, panaderas, cocineras, floristas, niñeras, limpiadoras y cantineras, pero también defendieron la comuna fusil en mano, también protegieron sus arsenales, se organizaron y tomaron la palabra en todos los debates. "¡Ciudadanas, todas resueltas, todas unidas, a las puertas de París, en las barricadas, en los barrios, en todas partes!", clamaba Élisabeth Dmitrieff, líder de la Unión de Mujeres. Lo más interesante es que ella no era parisiena sino rusa. Pero, junto a Nathalie Lemel, fue una de las fundadoras de la Unión de Mujeres, creada el 11 de abril de 1871, en una cafetería de la rue du Temple.

Recomiendo mucho el escrito de Edith Thomas, Las incendiarias. En esas páginas, Thomas, que había formado parte de la resistencia organizada de las mujeres al nazismo, les rendía tributo a las mujeres de la Comuna. A pesar de que las mujeres no podían votar, cumplieron un rol fundamental como maestras y enfermeras. Un pequeño grupo que había ganado experiencia militando a favor de los derechos de las mujeres y del cambio social radical logró organizarse, y, hacia fines de mayo, durante los últimos días de la Comuna, ellas junto a miles de mujeres de la clase obrera planificaron la resistencia, se ocuparon de los heridos y lucharon codo a codo con los hombres en las barricadas.

No podemos dejar de recordar que el día de la mujer está íntimamente relacionado a la participación de las mujeres en el movimiento laboral, del que ellas son parte. 123 jóvenes trabajadoras y 23 trabajadores, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, por no poder salir del edificio, pues habían sido encerradas sin posibilidad de escapar. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.

El más grande de todos los acontecimientos fueron las revoluciones rusas. La Revolución de Marzo fue el Día Internacional de la Mujer y no solo no participaron, sino que incluso se opusieron los partidos de izquierda (bolcheviques, mencheviques, anarquistas, eseristas). Fueron 5 días que derrotaron al zarismo. Sin esa derrota, que fue el primer capítulo de la revolución, no hubiera existido Octubre. Es la mejor comprobación de que la lucha social viene directamente desde el pueblo y no desde los intelectuales que le otorgan alguna conciencia como propone Lenin. Rosa Luxemburgo llevaba la razón, otra mujer.

Y la lucha suma y sigue…


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Anticapitalistas

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