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1 de mayo: renovamos nuestro compromiso

Publicado: 2024-04-29

El 1 de mayo no es un día cualquiera. Es la renovación de un compromiso.

Un compromiso, en primer lugar, con la vida. Y es que en nuestro continente se está produciendo el genocidio más largo de la historia. Lo sufrido por Europa en la Segunda Guerra Mundial es poco frente a lo sufrido por nuestro continente en los últimos 532 años. Pero se sigue sufriendo. La lucha de las “buscadoras” mexicanas por encontrar a sus hijos, las mingas por la vida en Colombia o la jornada de lucha en nuestro país, que este año será protagonizada por los familiares de los asesinados por Boluarte, son luchas por la vida. Ningún derecho laboral o social, como los que se reclamaran en otra marcha ese mismo día, puede ser más importante.

Pero el derecho a la vida no solo es en nuestro continente. Luchar por la vida es luchar contra las guerras imperialistas. Tenemos el compromiso de detener la criminal actuación del ejército israelí y sus aliados a fin de salvar a la población palestina y generar relaciones democráticas en la zona. Se trata, en primer lugar, de salvarla de la aniquilación masiva, de la inmediata muerte, y se trata también de paliar los irrevocables daños que provoca ahora Israel en la zona y en toda la sociedad internacional, y que dejarán consecuencias muy graves durante largo tiempo.

Pero también hay que parar a Rusia. La muerte de decenas de miles de soldados ucranianos y rusos, la de miles de civiles ucranianos, la emigración forzada de millones de ellos, la destrucción de infraestructuras críticas y de viviendas y edificios públicos, el asolamiento de campos de cultivo, el aumento de la deuda pública de Kiev y la repercusión internacional en los precios de los alimentos debería hacernos reflexionar sobre el saldo humano y material de la guerra. Al interior de Rusia la guerra ha significado un endurecimiento del aparato represivo. No nos cansaremos de pedir libertad para Boris Kagarlitsky y todos los opositores a la guerra.

El derecho a la vida supone algunos cuidados especiales. La lucha contra el feminicidio es uno de ellos. Pero también la lucha contra la depredación de la naturaleza. Estamos ante la sexta extinción masiva de especies. Están desapareciendo categorías enteras de especies, inclusive algunas en el Perú. Algunos lo llaman Antropoceno. Pero la realidad es más compleja. No todos los seres humanos tenemos la misma responsabilidad.

No es el ser humano, es el sistema. Por el contrario, como lo mostro el COVID, es un proceso que está poniendo en peligro la supervivencia de nuestra propia especie. Quienes están defendiendo la vida de la naturaleza son las comunidades indígenas y campesinas. Por eso decimos con ellas que NO ES NO. La minería depredadora no debe avanzar. Ni Tía María ni Conga serán aceptados. Tampoco será aceptada la ley anti forestal que pone en peligro el mayor pulmón del planeta: nuestra Amazonía.

Al mismo tiempo que luchamos por seguir vivos, damos la pelea por que esa vida sea con dignidad. Tenemos un compromiso con la educación y la salud como derechos humanos, no como servicios puestos en el mercado. Con el derecho a agua potable para todos y con el derecho al agua del agro. Luchamos por la libertad de nuestros presos políticos empezando por el presidente Castillo. Contra la persecución a los profesores amenazados de despido por razones ideológicas. Por una democracia real que solo será posible a través de un gobierno de los trabajadores, sin patrones ni fuerzas represivas.


Escrito por

Anticapitalistas

Espacio de lucha y reflexión


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