El capitalismo no solo supone una economía basada en la propiedad privada y en la venta "libre" de la fuerza de trabajo. También supone una permanente expansión en la acumulación de capital. Espacios que ayer no más quedaban libres, hoy son parte de la renta capitalista. Territorios que ayer no más pertenecían a sus pueblos originarios, hoy son invadidos por las potencias imperialistas. 

Este trabajo de permanente expansión no es fácil y tiene consecuencias. El ingreso a zonas que antes eran territorio de animales ahora comienzan a ser zonas de interacción. Eso trae aparejado un intenso intercambio de virus entre humanos y animales con los que no teníamos relaciones previas.  El COVID es el ejemplo más grave hasta ahora, pero es previsible que vengan otras.  

La lista de las recién enfermedades llegadas incluye la chikungunya, la fiebre Q [inhalación de polvaredas contaminadas por animales infectados], la enfermedad de Chagas, las gripes múltiples, la peste porcina, la enfermedad de Lyme, Zika, SARS, MERS, Nipah [transmitido a través de bebidas y alimentos contaminados con excrementos de murciélago frugívoro], Mpox [viruela del mono], Ébola y muchas otras, además de enemigos resurgentes como el cólera, el ántrax, la polio, el sarampión, la tuberculosis, la malaria y la fiebre amarilla.

Y, sin embargo, eso no es suficiente para el capitalismo. Su expansión debe continuar. Y uno de los espacios de crecimiento, virgen hasta ahora, es la Amazonia. Los incendios no son un problema únicamente peruano. El fuego no conoce de fronteras. Son 300,000 focos de incendio en todo el continente. Solo en Bolivia hay 6 millones de hectáreas afectadas, 10 millones de animales muertos y unos 400 millones de árboles quemados.  

En el Perú son 20 de las 25 regiones las afectadas. Por lo menos en nuestro país es posible detectar causales que son parte de esa expansión a la Amazonia que mencionamos. La deforestación, la tala, ls fragmentación del bosque. Hemos hecho que el bosque pierda capacidad para capturar y retener humedad y se va creando un entorno cada vez más seco y vulnerable al fuego. 

No puede descartarse incluso que haya fuego intencionado. La ley antiforestal permitirá pasar a manos privadas las áreas destruidas.   Miles de personas han advertido que eso sería inconstitucional. En un pronunciamiento al que Anticapitalistas se ha unido decimos:

La Ley N° 31973 es inconstitucional. No protege las áreas forestales, que son patrimonio de todos los peruanos y cuyo valor va mucho más allá de todo escenario. Estas áreas, aun cuando hayan sido destruidas por incendios o cualquier otro agente, no deben, bajo ninguna circunstancia, ser cedidas a intereses privados. El Artículo 66 de nuestra Constitución Política es claro: los recursos naturales, renovables o no renovables, son patrimonio de la Nación. Cedérselos al sector privado bajo pretextos tan oscuros como "degradación ambiental" es una violación flagrante a nuestra Carta Magna.

Sobre las guerras, la creación bélica de zonas de expansión capitalista hemos hablado ya mucho en este blog. Solo un apunte a ser desarrollado en alguna nota posterior. En Palestina no solo se está cometiendo un genocidio, también un sociocidio: se está eliminando cualquier posibilidad de convivencia. Si mañana mismo cesaran los bombardeos la gente no solo no tendría casa donde volver, la ciudad entera está destrozada. Dejamos una foto que explica mejor lo que estamos diciendo.