El capitalismo es guerra. Por un socialismo desde abajo
Encuentro anticapitalista de año nuevo
El capitalismo nace a partir de 3 derrotas: de los campesinos europeos, de las mujeres y de nuestros pueblos originarios
En Europa, sobre todo en Inglaterra, se produce el cercamiento de tierras. Antes de este proceso, gran parte de las tierras de cultivo eran propiedad común, pero entre 1450 y 1640 los campos fueron cercados y el uso de la tierra se restringió sólo para el propietario. Esto desplazó a los campesinos hacia la ciudad convirtiéndolos en artesanos primero y, luego de la invasión al Abya Yala, en obreros fabriles. Efectivamente, es el oro americano, la trata de humanos esclavizados del África y la invasión de Asia lo que permitirá la acumulación primitiva de capital que desarrolle las revoluciones industriales.
Estos procesos de expoliación de los territorios no europeos fueron justificados con la ideología racista. Se clasificó a los seres humanos por el color de la piel quedando a un lado los "civilizados" que ostentaban todos los derechos y los "de color" que debían trabajar como esclavos o siervos. Como se nota, esta clasificación dependía del fenotipo. Mientras en la antiguedad la discriminación era cultural ("gentil" el que no tiene la misa religión, "bárbaro" el que no habla el mismo idioma) y por lo tanto superable, ahora venía como marca de nacimiento. Si las razas no existen si existe el racismo e incluso Estados raciales.
Mientras tanto las mujeres, propietarias de saberes, eran reducidas a simples maquinas de reproducción. Las más conocedoras son acusadas de brujas y quemadas en la hoguera. Como tales maquinas no pueden disponer de su cuerpo sino que lo ponen al servicio de la creación de mano de obra y de las necesidades del capital. A partir de 1854, con la proclamación por Pio IX de la Inmaculada Concepción, se decreta que el aborto es un pecado incluso cuando aún no es feto. Pero, al mismo tiempo, comienzan proyectos de esterilización forzada normalmente impulsados por varones.
Al poner el cuerpo al servicio del capital se persigue el placer en todas sus formas pero sobre todo en aquellas que no son reproductivas como las no binarias. Sin embargo al comercializar la vida aparece la prostitución y el matrimonio por interés que también es una forma de prostituirse. Toda persecución a las trabajadoras sexuales que no pase por la eliminación de la comercialización de la vida es solo hipocresía. En la revolución rusa, cuando los soviets derogaron las viejas leyes zaristas se suprimieron todos los estatutos sobre la prostitución.
HOY: GUERRAS DE RECOLONIZACIÓN
La violencia con la que nace el capitalismo se extiende a nuestros días. Luego de las dos guerras mundiales y la guerra fría que tuvieron como objetivo el reparto del mundo entre las grandes potencias, hoy estamos ante un proceso de recolonización que busca fortalecer o recuperar esas "áreas de influencia". Tenemos 52 guerras en curso, lo que bien podría llamarse una IV guerra mundial. Destacan Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y, por supuesto, Palestina y Ucrania. Podemos establecer tres formas en que se dan estos procesos de recolonización:
* Guerra entre los Estados raciales y los pueblos originarios. Lo vemos en el Perú donde asesinar indígenas es práctica de todos los gobiernos como lo muestra el actual; en la guerra entre Chile y el Wallmapu que data de 1861 y aún continúa; en Chiapas, México o en la disputa que tuvo el presidente Correa en el Ecuador con los pueblos originarios a partir de la disputa por la reserva natural del Yasuni. Correa dejó claros los límites del progresismo. En realidad la consolidación, hace 200 años, de Estados raciales en nuestro continente ha significado una segunda conquista de territorios indígenas.
* Aparentes guerras civiles. Un caso ejemplar es el de Sudan entre el general Abdelfatih Burhan, de las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS), y Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), dirigente de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El fondo del conflicto es el control de la producción de oro. Mientras los militares y el aparato de seguridad dirigido por los islamistas (FAS) luchan por controlar las empresas de petróleo, goma arábiga, sésamo, armas, combustible, trigo, telecomunicaciones y la banca, Hemedti monopoliza el oro y, en menor medida, el ganado y los bienes inmuebles para extender su iniciativa bélica. La violencia que sustenta la guerra está directamente relacionada con su riqueza personal, fundamentalmente amasada con su participación en el comercio ilegal de oro. Esta situación viene siendo aprovechada por Rusia que quiere poner bases militares en el Mar Rojo y por Estados Unidos que se propone como mediador entre las fuerzas en conflicto.
* Guerras con intervención imperialista directa. Aquí cabe destacar el genocidio contra el pueblo palestino realizado por el ente sionista con apoyo norteamericano y la invasión a Ucrania por Rusia
Hay que decir que si bien hay contradicciones entre las fuerzas imperialistas estas son secundarias. Detrás del conflicto hay también áreas de colaboración. Así, por ejemplo, Rusia vende carbón y cubre otras necesidades de "Israel" mientras Estados Unidos tiene intereses petroleros en Rusia.
POR EL TRIUNFO DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES
Aparentemente a "Israel" le sería fácil acabar con Palestina o a Rusia con Ucrania. No es tan así. Ya vimos el triunfo de Vietnam o el de los talibanes en Afganistan. Los pueblos tienen dos ventajas: están luchando en su propio territorio y la barbarie imperialista crea malestar dentro de sus propias fronteras. Vemos como los soldados israelíes ya se están negando a combatir y esperamos termine pronto el genocidio.
Hay cierta izquierda que asume que su papel es apoyar uno de los dos bandos imperialistas. Pero, además de que las contradicciones entre los imperialistas son secundarias, cualquier hegemonía de alguno de los bloques será transitoria y las guerras se repetirán una y otra vez. Como hemos visto el capitalismo nace en forma violenta: desplazando campesinos, sojuzgando pueblos, quemando mujeres. Mientras subsista el capitalismo continuara la violencia.
Un dirigente de Nuevo Perú ha llegado a proponer que las potencias imperialistas "deberían arribar a un gran acuerdo de convivencia de civilizaciones de un nuevo orden mundial más justo y de bienestar para todos" (Jorge Pizarro "El sueño de la paz mundial", Diario Uno). Esto no puede ser más que un sueño retardatario. Desde la invasión a nuestras tierras hasta nuestros días vemos que, aunque digan que traen "civilización", en realidad del imperialismo no podemos esperar más que guerra y saqueo.
Tampoco podemos esperar nada de nuestro Estado racial. Hay cierta izquierda que centra su accionar en las elecciones. Piensan que si llegan a tener un cierto número de parlamentarios o la presidencia de la República podrán dar algunas leyes beneficiosas. Y seguramente será así. Pero mantendremos el Estado racial y los cambios serán en ese limite. Para incluir a todos en el Estado es necesario refundarlo a través de una Asamblea Constituyente organizada desde abajo, convocada por las organizaciones sociales y no por el Estado racial.
Tenemos que construir uno nuevo. Uno que sea dirigido en común por las 46 naciones que habitan nuestro territorio; en el que toda persona pueda intervenir en la construcción de nuestro futuro con el suficiente tiempo libre para ello; en el que la sociedad decida que se debe producir y que no, tanto a nivel nacional como regional; en que la vida no este comercializada; en que sean los productores los que controlen el curso de sus empresas. Un gobierno y una economía basada en la asociación libre de productores como propone el Manifiesto Comunista.
Si te interesa este proyecto escribenos a anticapitalistasperu@gmail.com. Gracias.