Señor Cesar Hildebrandt.

Presente.

Estimado señor:

Le escribo con la indignación de que a cualquier partidario de la paz, y más a nosotros, miembros del colectivo Palestina Libre, nos causa el escrito del señor Rafael Belaúnde “Víctimas de la Intolerancia” donde, después de enumerar varias muertes como producto de la intolerancia religiosa, desde la incursión cristiana al templo de Atenea en el año 385 hasta la Inquisición en nuestras tierras, cita “las carnicerías perpetradas por Hamas el 2023 en Israel y demás despropósitos inspirados en Alá”.

El señor Belaúnde seguramente sabe, aunque no lo quiera reconocer, que la actividad de Hamas el 2023 no fue un acto religioso, sino una parte de la resistencia que, desde 1948, viene desarrollando el pueblo palestino contra el intento de eliminarlo por completo. Si no lo sabe, le recomendamos que lea los informes de Francesca Albanese en la ONU, o las páginas 21, 22, 23, 30 de vuestro propio semanario. En la página 21, nos informan quienes son los aliados de Israel, “¿defensores de derechos humanos?” No, grupos fascistas, neonazis y antisemitas que Israel logró que se reunieran en una “Conferencia Internacional para Combatir el Antisemitismo”, el 26 y 27 del mes pasado. En la página 22 nos hablan de personal de salud asesinado, un crimen en cualquier conflicto bélico. La página 23 es realmente para echarse a llorar, cuando se ve cómo decapitan niños. En la página 30 nos informan que están próximos a destruir tres ciudades. Estoy usando solo lo que dice su revista, no avanzo a informes como los de Médicos sin Fronteras que nos hablan de 100 niños asesinados diarios. Así las cosas ¿alguien puede creer que la resistencia palestina es solo por “inspiración de Ala”? Estoy seguro que el señor Belaúnde es más inteligente que lo que esa frase nos indica.

Entonces, ¿cuál es el propósito de esa frase? Situar el conflicto en el plano religioso. Hamas estaría inspirado en Alá y Netanyahu en Jehová y no habría solución posible. Pero en conflictos así, la solución es más sencilla de lo que parece: hacer de toda Palestina, inclusive la actualmente ocupada por Israel un solo Estado laico, democrático, donde unos y otros puedan convivir con sus respectivas creencias. En el siglo XX, solo dos Estados se han reconocido de una sola religión y de una sola etnia: la Alemania nazi e Israel ¿será coincidencia que los dos sean genocidas? Por lo demás, el judaísmo de Israel es cuestionable. Ya las comunidades judías han gritado: “Not in my name”. La práctica sionista de destruir olivos no se condice con el judaísmo que lo considera planta sagrada. Por último, los supuestos “semitas israelíes” no lo son. Netanyahu es europeo, polaco, y su verdadero nombre es Benzion Malienovski. Los verdaderos semitas, los palestinos, están siendo asesinados ante la mirada “crítica” del señor Belaúnde.

Agradeceré la publicación de la presente carta y nos comprometemos, si la revista lo desea, a seguir informando sobre Palestina para que los “despropósitos” del señor Belaúnde no desinformen a los lectores.

Por Palestina Libre

Daniel Mathews