Algunos de nosotros conocimos a Las Zonas cuando estábamos luchando contra la ciclovía elevada con la que Castañeda quería destruir la Avenida 28 de Julio. Ganamos esa batalla aunque debemos reconocer que perdimos la del baipás de la Avenida Arequipa. Uno entre nosotros fue zonero y sigue siéndolo.

Eran tiempos difíciles, aunque no tanto como ahora. Quizá la mejor muestra de que no tanto como ahora es que la Alameda (sin álamos) 28 de Julio fue, en esos años, un centro cultural. Ahora es -la mayor parte del año- un mercado. 

Quizá no hemos tenido momentos más difíciles que los de ahora. La lumpen burguesía ha tomado las riendas del poder y sabemos que las elecciones serán fraudulentas. El neoliberalismo ha quedado en neofascismo al norte y colonialismo al sur. En efecto, nosotros seguimos sin cobrar aranceles pero el gran amo si que nos los cobra. Además el neofascismo es internacional. Con Trump y Putin a la cabeza en contra de todos los países periféricos. La lucha por Palestina es central.

Para esto necesitamos espacios unitarios, como lo fueron en su momento Las Zonas. Espacios que no estén preocupados centralmente en las elecciones sino en armar un tejido social capaz de movilizarse. Donde entren todos los que se quieren movilizar. Eso fueron Las Zonas. Eso volverán a ser. 

Por eso, por lo que fue y por lo que vendrá reciban Las Zonas un abrazo anticapitalista. Cuando abran la puerta nos integraremos a la que nos corresponda.