A pedido de los compañeros de AIPRENALAC publicamos una nota "Por el derecho del pueblo a ser propietario de sus riquezas naturales". Dijimos en esa oportunidad que teniamos diferencias, es necesario explicitarlas.

En primer lugar debe quedar claro que pasar una empresa a manos del Estado no hace al pueblo propietario de nada. Y es que no puede haber democracia (poder del pueblo) mientras haya capitalismo. No basta votar cada 5 años para suponer que hay democracia. El voto está dirigido por los aparatos ideologicos del Estado: lo religioso (el sistema de las distintas iglesias); la escuela (el sistema de las distintas “Escuelas”, públicas y privadas); lo jurídico (el derecho y el aparato represivo del Estado); lo político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos). 

Es cierto que los derrames son producidos por culpa de un sistema que prioriza el ahorro y la ganancia al cuidado de la naturaleza, donde (como bien dicen los compañeros) 

una pequeña cantidad de grupos económicos son los que concentran las riquezas naturales y controlan los medios de producción como la industria petrolera, minera, etc.

Pero la propiedad estatal no mejora la situación. Simplemente el Estado se convierte en un agente económico más. Para que pase a manos del pueblo realmente la empresa debería ser administrada por sus trabajadores y por los pueblos donde se desarrolla el impacto ambiental

Pero, además, el petróleo en manos del Estado también contamina. Como sabemos, en junio del año 2014 se derramaron 2500 barriles de petróleo del Oleoducto Norperuano, en la quebrada de Cuninico, en el distrito de Urarina, en la provincia y en la región de Loreto. Según la Resolución Nº 844-2015-OEFA, OEFA concluyó que Petroperú tenía responsabilidad por "derramar petróleo al ambiente generando daño real a la flora y fauna y daño potencial a la vida y salud humana".

Mientras los funcionarios de Petroperú se aumentaban sueldos en cantidades astronomicas ahorraban en el mantenimiento del oleoducto e incumplian el plan de contingencia al no detectar ni controlar a tiempo el estado del mismo ni los derrames que se estaban produciendo. 

Recomendamos ver el documental Lagrimas de Aceite que resume muy bien el drama vivido por nuestra Amazonía