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Genocidios: Ucrania y Palestina

Escribe: Daniel Mathews

Publicado: 2024-06-10

Hace poco, en esta misma página el compañero Chehade hacía una comparación entre Sudáfrica y Palestina. Pero hay otra comparación posible: Palestina con Ucrania.

Para hacerla queremos seguir los supuestos de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio de 1948. Habría 4 tipos de actividad genocida: (1) matar a miembros del grupo; (2) infligir daños graves, mentales o físicos, a miembros del grupo; (3) imponer condiciones de vida destinadas a destruir total o parcialmente al grupo; (4) intentar impedir los nacimientos dentro del grupo; y (5) trasladar por la fuerza a los niños a otro grupo.

Dejémoslo claro con un ejemplo: en toda guerra se mata, es el principio elemental de la guerra. Pero no se mata por ser parte de un grupo, se mata porque es el ejército enemigo. En cambio, en la Segunda Guerra Mundial se mataba a los judíos por el hecho de ser judíos. La intención era destruir al grupo como tal. Lo mismo pasa en las guerras que están en curso hoy. Esta política está mucho más avanzada en Palestina que no tiene ni ejército que defienda a su población. Ucrania tiene mayor capacidad de resistencia. Pero los proyectos imperiales son los mismos.  

Por supuesto para calificar esto no basta que los bombardeos sean feroces, que lo son. Es bueno fijarse, por ejemplo, en las declaraciones de los líderes políticos de las potencias que iniciaron la guerra. Francesca Albanese, relatora de Naciones Unidas para Palestina, ha dicho que la agresión de Israel está motivada por un vehemente discurso anti palestino, que describe "a todo el pueblo (...) como un enemigo que debe ser erradicado o eliminado por la fuerza". "Esta retórica es omnipresente en todos los segmentos de la sociedad israelí", señaló.

Rusia tiene un discurso parecido. Los funcionarios rusos y los medios de comunicación estatales niegan regularmente la existencia de la nación ucraniana y prometen duras represalias contra cualquiera que se atreva a sugerir lo contrario. En abril de 2022, la agencia de medios estatal RIA Novosti se refirió a Ucrania como «una construcción artificial antirrusa» y pedía el asesinato de toda la élite ucraniana junto con cualquiera que se negara a ser rusificado. Para el proceso de rusificación se emplean una serie de torturas a las que llaman “filtración”

El propio presidente Putin ha declarado que Ucrania es “una invención de Lenin” y que en verdad todo ese territorio es ruso. Sugirió además que para continuar el proceso de “descomunistización” de Ucrania quizá Ucrania debería desaparecer. Como veremos a lo largo del presente artículo Ucrania tiene una ventaja: el proyecto de desaparecer la población de este país no es compartido por toda la población rusa, lo que si ocurre en el caso palestino. Es más, hay muchos presos anti guerra en Rusia, el más destacado es el sociologo marxista Boris Kagarlitsky. De durar la guerra, que efectivamente lo va a hacer, hay dos posibilidades. O el gobierno logra enemistar a los pueblos, sobre todo porque obviamente están muriendo rusos. O el movimiento antiguerra se vuelve incontenible como le sucedió a Estados Unidos en Vietnam. El carácter dictarorial de Putin lo hará dificil, pero ya en 1917 Rusia tuvo una revolución que se inició reclamando paz.  

El supuesto de “imponer condiciones de vida destinadas a destruir total o parcialmente al grupo” también se cumple en los dos países. El legislador ruso Andrei Gurulyov pide a los militares que congelen y maten de hambre a los ucranianos para obligarles a huir al extranjero. El hambre está siendo usado como arma en las dos guerras. Francesca Albanese dice que “En las dos primeras semanas, Israel impidió que entrara en Gaza toda la ayuda humanitaria, y en los meses siguientes ha impuesto restricciones extremas al agua, los alimentos, la electricidad y el combustible (…) Esta política deliberada ha inducido una grave inseguridad alimentaria rápida y sostenida en toda la población, y los atrapados en el norte se alimentan de piensos y hierba”, indica.

Hay que señalar que el hambre es mayor en Palestina por una razón: mientras la agresión rusa tiene apenas un par de años la Nakba (catástrofe) palestina tiene más de 70. En todos estos años se han destruido campos de cultivo, se ha impedido el desarrollo social, se ha preparado el terreno para el genocidio. Ucrania tiene más defensas. Pero eso no hace menos criminal la política rusa.

Por último, el tema más delicado: el de la infancia. Como ya se dijo las expresiones de los líderes agresores son lo más claro que hay. El exembajador de Israel ante la ONU Dan Gillerman describió a los palestinos como "animales horribles e inhumanos". Dmitri Medvédev, ex presidente y actual jefe adjunto del Consejo de Seguridad ruso ha tildado a los ucranios de “cucarachas”, “parásitos chupasangre” y otros adjetivos animalizantes. Sobre los niños Anton Krasovsky, ha sugerido ahogarlos a todos. La política de rusificación se está aplicando de manera intensiva en los menores. Están siendo secuestrados para ser regalados a familias rusas que los “reeducaran”.

En el caso palestino, siempre en base a la relatora de Naciones Unidas, hay imágenes publicadas por parte de soldados israelíes “en las que se jactan de sus asesinatos de familias, madres, niños, del bombardeo de hogares, mezquitas y escuelas” y vídeos que “les muestran burlándose sádicamente y humillando a sus víctimas palestinas”. De los 30,000 palestinos asesinados un poco menos de la mitad (13,000) son niños. Nuevamente podemos señalar que el caso palestino es más grave: una cosa es matar y otra “reeducar”. Pero en ambos el propósito de desaparecer un pueblo se hace presente.

Quizá una diferencia sea el comportamiento de las otras potencias. Francesca Albanese ha señalado que “una minoría de poderosos Estados miembros (de la ONU)”, en lugar de detener su impulso, “ha prestado apoyo militar, económico y político a la atrocidad, agravando la devastación que ha provocado en los palestinos”. En Ucrania se ha hablado de boicot por parte de Estados Unidos y la OTAN. Pero esto es muy relativo. La Unión Europea se ha negado a dejar de cobrar la deuda externa de Ucrania, no les aplica ninguna restricción a los capitales rusos en Europa.

El 2022 las empresas occidentales dijeron que abandonarían Ucrania. Bien, son casi 4000 las que se han quedado y 372 las que se han ido. Algunas porque los negocios son primero. Otras porque les resultaría muy difícil irse. Por ejemplo, Chevron tiene en Rusia 1511 kilómetros de oleoducto que permiten el paso del petróleo de Kazajistan a Europa. No es raro, pues, que Estados Unidos muestre su alarma cuando Ucrania bombardea oleoductos rusos. No le preocupa en cambio que Rusia destruya el centro de Médicos sin Fronteras. La economía es más importante que la gente. En los mapas de National Geographic aparece Crimea como territorio ruso, de modo que ahora resulta no que Ucrania está reclamando un territorio que le pertenece, sino que está tratando de invadir uno que es ruso.

Hay quienes tienen ilusiones en que un conflicto interimperialista podrá mejorar la situación. Que Rusia o China iran a salvar Palestina o que el compromiso de la OTAN con Ucrania es mayor de lo que realmente ocurre. Normalmente en los países que sufrimos la presión norteamericana hay simpatía con Rusia y visceversa. Mejor vayan perdiendo toda esperanza. No es un imperialista el que nos salvara del imperialismo. Al contrario, el sistema de resguardos internacionales creado al fundar Naciones Unidas se está mostrando obsoleto. Las grandes potencias pueden darse el lujo hoy de decidir que un país debe dejar de existir. Hoy le toca a Palestina y Ucrania ¿mañana a quién? ¿a nosotros cuándo?

 Para que esto no ocurra es necesario un diálogo de periferias. Nosotros, los "nadies" tenemos que forjar un movimiento unitario en contra del imperialismo, movimiento al que debe sumarse la periferia interna de los países hegemónicos. Las grandes movilizaciones que se dan en todo el mundo por Palestina marcan el camino.

Nota. El presente artículo tiene como base el informe de Francesca Albanese “Anatomia de un genocidio” sobre el caso palestino y el de Neil Abrams “¿Por qué es un genocidio?” sobre Ucrania. Recomiendo su lectura que tiene más información y más directa.


Escrito por

Anticapitalistas

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