Paz y filosofía: Kant en Gaza II
En la primera entrega de la serie Kant en Gaza (Guerra y filosofía) vimos los "artículos preliminares" del libro kantiano Hacia la paz perpetua. De cumplirse esos artículos, decíamos, no solo no estaríamos viviendo un genocidio sino que ni siquiera existiría el "Estado de Israel". Pero, junto a esos hay otros tres artículos que asegurarían la constitución de un nuevo Estado en el que la paz sería, como el título del libro indica, sempiterna.
1. POR UN ESTADO REPUBLICANO
El primer artículo definitivo hacia la paz total es, una constitución republicana. Kant define esto en base a los principios de libertad, dependencia e igualdad.
Define libertad como la "atribución de no someterme a ninguna ley a la que no haya dado mi consentimiento". Esto incluye las "leyes divinas" que acataré siempre que las reconozca como tales "gracias a la ley de la libertad dispensada por mi propia razón". En otro libro, El conflicto de las Facultades, propone que Abraham debería haber tomado por espejismo el presunto mandado divino de sacrificar a su hijo sin esperar una contraorden, porque le bastaba con haber consultado a su propia conciencia para comprobar que semejante barbaridad no se compadecía con la ley moral. Si para decidir si hay o no hay guerra se necesita el consentimiento de la ciudadanía la posibilidad de guerra se dificulta "dado que son los ciudadanos los que acaban asumiendo todas las penalidades".
Entendemos que puede haber una objeción no prevista por Kant. En la Alemania nazi o en el Israel sionista se ha dado una preparación ideológica para inducir a los ciudadanos no solo a la guerra sino al odio. Pero, siendo que la guerra afecta a todos los pobladores del territorio aquí tiene que concurrir los otros dos principios. El de dependencia supone "una única legislación común en cuanto súbditos". Y añade que son "derechos innatos e inalienables que son inherentes a toda la humanidad". Por tanto no podría haber un Estado donde solo los de determinada religión o partido puedan dominar a todos los habitantes como en los casos aludidos. Kant estaría en contra de un Estado creado sobre la base de negar derechos a la población preexistente.
El principio de igualdad suponía, en los tiempos en que se escribió el libro (1795), un cuestionamiento a la nobleza: "Pues un miembro de la nobleza no es automáticamente por ello una persona noble". Parafraseando podemos decir que una persona que abraza una determinada religión no es por ello una persona piadosa.
Hasta aquí estamos de acuerdo con Kant. Sin embargo tenemos que cuestionar su desdén por la democracia, a la que llama "un despotismo". A diferencia de Rousseau, que cuestionaba la posibilidad de representación, Kant decía que era la única forma de gobierno posible: "Cualquier forma de gobierno que no sea representativa es estrictamente una no-forma, porque el legislador no puede ser al mismo tiempo en una y la misma persona el ejecutor de su voluntad".
Esta separación entre representante y representado no tenía respuesta en el momento en que Rousseau y Kant escribían para un lado o para otro. Si la tuvo siete décadas después, en 1871, cuando la clase trabajadora puede tener un rol protagónico. En la Comuna de París los representantes de la asamblea votaban bajo instrucciones vinculantes y estaban sujetos al derecho del pueblo a revocarlos. Para evitar que se vuelvan una casta privilegiada recibían salarios de trabajadores.
2. UN FEDERALISMO DE ESTADOS LIBRES
Kant propone que todos los Estados tengan una legislación común. Así como no se acepta "el apego de los salvajes a una libertad sin ley" también se le debe reclamar a los Estados "someterse a una coacción legal constituida por ellos mismos". Tenemos que reconocer que se han dado pasos importantes en ese sentido. En este mismo blog hemos discutido la importancia que tiene la Corte Interamericana de Derechos Humanos frente a las pretensiones de la dictadura de salir de ella. Boluarte sería en ese sentido una salvaje sin ley (las palabras son de Kant, no nos echen la culpa).
Lamentablemente eso no ocurre con las Naciones Unidas porque violan el principio de "una única legislación común en cuanto súbditos". Al establecerse que un grupo de 5 países tienen derecho a veto somete a los otros 188 a un régimen colonial. Sin ese sistema dudamos mucho que se hubiera creado Israel. Es necesario superar el colonialismo y un paso importante en ese sentido sería que las potencias militares dejen de serlo, que los ejércitos se supriman totalmente porque desde 1914 vivimos en guerra permanente:
1914-1918 Primera Guerra Mundial
1936-1945 Segunda Guerra Mundial
1947-1991 Guerra Fría
1991-2025+ Guerras y genocidios de re-colonización
3. HOSPITALIDAD UNIVERSAL
Kant propone un derecho cosmopolita basado en el principio de hospitalidad que significa "el derecho de un foráneo a no ser tratado con hostilidad por aquel en cuyo suelo ingresa". Creemos que se puede ir más allá aún. En el último medio siglo hemos visto como las fronteras prácticamente se han disuelto para la libre circulación de capitales y mercancías. Los intentos de Trump de poner nuevamente aranceles violando los tratados de libre comercio han fracasado. Kant habla de una mayor cercanía de los humanos gracias al barco y el camello, quedaría sorprendido al ver que ya no se usan. Lo lógico sería que las fronteras también queden rotas para la circulación de personas.
No creemos que esto se pueda en el capitalismo. Nuevamente sacamos la misma conclusión: hay que cambiar el mundo de eje.